La hora nalga
La hora nalga es una hora de tiempo perdido en el trabajo sin hacer nada, pero es una hora remunerada.
Me atrevería a afirmar que una gran mayoría de personas hemos experimentado una hora nalga.
Les pongo un ejemplo, son las tres de la tarde y ya terminamos todo lo que había que hacer por el día, sin embargo no podemos irnos hasta que sea la hora de salida que es a las cinco. Durante esas dos horas nos quedamos sentados en nuestro puesto de trabajo haciendo horas nalga. La mayoría de personas ocupa esta hora nalga navegando las redes sociales, hablando y chateando por teléfono o bien ocupándose de asuntos personales.
Hace 30 años, la hora nalga era mucho menos común. La tecnología no había avanzado y había mucho más trabajo que hacer, la mecanografía, la correspondencia, los libros de contabilidad, las actas de las empresas, los documentos de investigación, los inventarios e inclusive, el monitoreo de medios, eran un trabajo básicamente manual. Por supuesto que se ayudaban de máquinas de escribir, sumadoras, papel pasante, máquinas de esténcil etc., pero no habían computadoras personales y no existían los programas de oficina que nos facilitan diariamente la vida. Las empresas no contaban con internet y mucho menos con la maravillosa “nube” o Google Drive. Eso hacía que necesitáramos mucho más tiempo y horas de trabajo. Hoy en día y gracias a la tecnología, el trabajo se ha simplificado y acortado.
Por esta razón, quedan más espacios libres durante el día. Sin embargo, ni los jefes ni los empleados son capaces de hacer algo al respecto. La gran mayoría nos limitamos a cumplir con el horario laboral establecido y llenarlo con horas nalga.
Esta comprobado que el período de atención continua del cerebro humano es de aproximadamente 90 minutos, luego de ese período el cerebro necesita una pausa. Es irreal pensar que alguien pasará 8 horas consecutivas 100% concentrado en su trabajo, sin buscar algún tipo de distracción. La distracción se hará aún mayor, si la empresa carece de organización.
La legislación guatemalteca establece una jornada laboral que no puede exceder de ocho horas diarias, ni de un total de cuarenta y ocho horas semanales. La misma se creó con el ánimo de proteger al trabajador para que no trabaje más de ocho horas diarias. En ningún lugar dice que debe de ser de ocho horas diarias, pero es la costumbre. La legislación laboral guatemalteca necesita una reforma urgente en el tema del trabajo por tiempo parcial para poder incorporar al mercado laboral a personas que por razones personales o de estudio no pueden cumplir con una jornada completa de 8 horas, que también serviría para modernizar a la empresa y eliminar las horas nalga.
Las horas nalgas son más frecuentes en aquellas empresas que tienen poca organización, donde los jefes están siempre ausentes o no tienen ningún tipo de control sobre sus empleados. “Para obtener una hora nalga necesitas mezclar una hora de tiempo muerto mas un jefe mediocre”.
Si implementamos un trabajo con base a objetivos y productividad, las horas nalgas se reducen significativamente y el desempeño aumenta. Sin embargo para eso, la empresa debe modernizarse.
Empresas como Google, Yahoo, Netflix, y Virgin, por mencionar las más conocidas ya han dado un paso hacia la modernidad. Los empleados disponen de mucho más tiempo libre para tomar una siesta, leer, hacer deporte, asistir a citas, médicas, hacer trámites o simplemente pasar más tiempo con sus seres queridos o sus mascotas; inclusive cuentan con vacaciones ilimitadas. Dentro de las oficinas de trabajo han hecho cambios estructurales y se ha implementado otra cultura laboral: una cultura laboral con base en la productividad y no al tiempo. De esta forma también premiamos la eficacia del trabajador, si este ya cumplió sus objetivos y sus metas no tiene porque permanecer sentado en una silla haciendo horas nalgas innecesarias.
Conozco de algunas empresas en Latinoamérica que han comenzado a instalar gimnasios para sus empleados y se de otras más progresistas que están dándole a sus empleados un día a la semana para que trabajen desde casa por medio tiempo y tengan la tarde libre. En otras, los jefes han establecido horas durante la semana donde le dan flexibilidad a sus empleados para tomar cursos por internet, o pueden tomar capacitaciones promovidas por la misma empresa.
Aceptar estos cambios y sobre todo reconocer que las horas nalga existen no es tarea fácil. Estoy segura de que la mayoría de jefes y empresarios que lean este artículo se sentirán molestos por el mismo. Sin embargo, negar la existencia de las horas nalga es el primer error. ¡Acéptenlo, son parte de la empresa moderna! Como ya lo mencioné anteriormente, la legislación laboral no beneficia a nadie, si un jefe decide comenzar a darle una tarde libre a sus empleados y más adelante decide no hacerlo más, la legislación laboral lo puede obligar a continuar haciéndolo porque se tomaría como un beneficio adquirido y a él no le conviene, por lo tanto prefiere no implementarlo y continuar pagando las horas nalga que no benefician a nadie, es más, desmotivan al trabajador eficiente.
En la mayoría de las empresas de nuestro país los horarios son rigurosos. Si llegas 15 minutos tarde, no falta quien te vea llegar con cara de odio y luego le va con el chisme al jefe. Por supuesto que poco les importa si te quedas hasta las ocho de la noche trabajando, que no tomes tu hora de almuerzo o que tu jefe te haya hecho trabajar durante el fin de semana. Para ellos el estricto cumplimiento del horario es más importante que ser productivo y cumplir con tus obligaciones. No importa si durante tus ocho horas te pasaste metido en Facebook siguiendo con morbo las publicaciones de tus amigos. Lo importante es que llegaste puntual y te fuiste puntual. ¡Que mediocridad!
El ambiente laboral está tan corrompido que ni siquiera es permitido que saques un libro y te pongas a leer, eso envía el mensaje de que eres un perezoso y no tienes nada más que hacer.
Hay actividades laborales que por su propia naturaleza no las podemos cambiar. Un ejemplo es el de el agente de seguridad. Sin embargo tener a alguien parado en la puerta no garantiza la seguridad, la seguridad es integral y conlleva otros factores. El comercio, por ejemplo, es una de las actividades más sacrificadas en cuanto a horarios. Aunque no llegue ningún cliente, debes permanecer ahí. Los empleados de los restaurantes, servicios médicos y hospitalarios son casos similares.
Otro fenómeno interesante que se adapta a la empresa moderna es el de las oficinas virtuales. Todos los empleados trabajan desde su casa, hacen conferencias por internet para darle seguimiento y pueden alquilar oficinas virtuales si necesitan tener reuniones con clientes.
Hay también una nueva oferta y demanda laboral que es la de las asistentes virtuales, que son personas que contratas por internet para realizar tareas específicas. Esto ha sido una fuente de trabajo importante sobre todo para mujeres que por razones personales han optado por dejar de trabajar para pasar más tiempo con sus hijos, pero que están capacitadas.
La tecnología es una herramienta que bien utilizada nos puede generar una calidad de vida superior. Sin embargo, mientras la legislación laboral no cambie y las horas nalga continúen siendo un tabú. Y tanto jefes como empleados no comprendamos que el mundo de hace 50 años ya no es el mismo que es hoy, ¡se modernizó! Y que el trabajo también debe de modernizarse; las empresas seguirán pagando horas nalga y los empleados seguirán cobrándolas .
¡Gracias por leer y comentar! Estoy segura que sus experiencias personales serán muy enriquecedoras para la discusión de este tema.
Gracias a Guillermo Durán por la fantástica ilustración. Si desean conocer más sobre su trabajo lo pueden seguir en su página de Facebook.
Cuando era empleado de alguna oficina me tope con esos casos, no en el mio pues como siempre me tocó trabajar sobre metas y objetivos (la ventaja de ser profesional) he tenido que moverme desde hace mucho. Sin embargo discrepo sobre la institucionalización sistémica de la hora nalga, pues creo que dependerá mucho del individuo sobre que hacer con el tiempo que le han asignado para realizar sus tareas (un tema de creatividad).Habrá jefes sumamente descuidados e incluso mañosos en el manejo de la relación patrón-empleado, pero en algunos sitios si bien no manejan la productividad en forma adecuada, se ha logrado por ejemplo que los viernes cada quince días después de la media tarde terminen actividades y se vuelva juergas con pizza y refrescos para crear empatía entre todo el equipo de trabajo. Otra forma de manejar la productividad en forma positiva es dejar de ir el dia sabado a trabajar. Nada más engorroso que un medio fin de semana viendole la cara de monolito a un jefe inepto (un solo caso en mi vida). Lo inteligente en todo caso es pedir una hora mas de trabajo de lunes a viernes, pero eso solo funciona con personal no-administrativo. Por lo demás un excelente artículo Carmina, muy ameno.
Estimado Roberto, primero que todo, gracias por leer y comentar. Definitivamente tienes mucha razón. No es una generalidad y se salvan aquellos que pueden manejar su propio horario, desgraciadamente cada día es una practica más común en las empresas. «Para que exista una hora nalga necesitas una hora de tiempo desperdiciado y un jefe mediocre.» Y el problema es que los jefes chapados a la Antigua consideran que si no cumples con el horario no estas trabajando, sin tomar en consideración la tecnología que ahora hace las cosas mucho más eficientes. Otro problema es que si eres muy eficiente y tienes un jefe mediocre, habrán momentos en los que estés atorado de trabajo y otros donde no tendrás absolutamente nada que hacer. Por lo que considero que urgen reformas estructurales tanto a nivel de las empresas, así como a nivel de código de trabajo para permitir el trabajo por tiempo parcial y el trabajo por hora. ¡Saludos!
¡Me encantó! Me recordó los veinte y tantos años que pasé sufriendo de la exigencia de mis superiores por cumplir un horario pero jamás recibía una felicitación por la puntualidad en la entrega de mis proyectos de trabajo. Yo usé ese concepto desde 1996 pero fui señalada como insolente. FELICITACIONES!
Estimada Mariana, ¡Muchas gracias por leer y comentar! Creo que las personas que más se resisten al concepto de la hora nalga son aquellas que ya se acomodaron en su puesto y prefieren pasarse el día sentados haciendo horas nalga. Claro que no podemos generalizar, pero negar la existencia de las mismas es un grave error. Las horas nalga existen, el reto es como volcar la cultura de la empresa hacia el cumplimiento del trabajo en base a objetivos y metas y sobre todo productividad. Que siento que no les gustara que usaras el termino de hora nalga, pero recuerda que la verdad ofende. Es un término cada vez más común en los ámbitos empresariales, así que no estas sola. Recibe un cordial saludo.
Ja, ja, ja, me reí bastante, nunca había oído ése termino, creo que lo incorporare a mi forma de hablar. Me gusto bastante.
Estimado Breiner, ¡Muchas gracias por leer y comentar! Me alegro que la lectura haya sido de tu agrado. ¡Saludos!
Interesante. Siguiento la idea con humor, yo le llamaria «La hora del Ignasio, con las nalgas en el espacio. El espacio internauta donde se encuentra de todo; asuntos efimeros y asuntos que realmente valen la pena. Me fascino la forma en que abordo este fenomeno. Enbuenahora y saludos cordiales Carmina. PD Espero verles pronto en el programa de La Ciudad de los Libros 🙂
Estimado Cesar, ¡Muchas gracias por leer y comentar! Me alegra que haya disfrutado el post. Me ha hecho reír con la hora «Ignacio». ¡Como están cambiando los tiempos con la tecnología! Saludos cordiales.
P.S. Pronto regresamos con más capítulos de la Ciudad de los Libros.
leído en una hora nalga, 24 minutos antes de que termine mi jornada, por obligación hay que pasarlas y cobrarlas. Por mi parte leer un libro que llevo en mi bolsa sería muchos más gratificante, la verdad es que uno puede utilizar la tecnología para sacar el mejor partido de esos espacios de tiempo muerto como, los traslados en trafico o las esperas por la burocracia, en mi caso siempre escucho audio libros. El tiempo es preciado y siempre hay que tratar de sacarle el mejor provecho.
No hay nada más importante en nuestras vidas que el tiempo. Considero que en la época en la que estamos nos queda bastante claro. Tenemos un factor «Tradición o vieja escuela» en la cual como se comenta, se remunera mas la «disponibilidad» que la «productividad» (Hablando de puestos administrativos).
La hora nalga, es una constante muy notoria en las empresas y será un tema muy complejo y mencionado en los siguientes años, ya que las nuevas generaciones tienen más que claro la importancia de su tiempo, de su vida.
La única alternativa que le quedará a las empresas actuales será, adaptarse al nuevo talento que está naciendo en cada universidad y ofrecer el tipo de facilidades o filosofías de trabajo que ya se manejan en empresas de primer mundo como Google, Yahoo, Netflix, etc. De lo contrario, la rotación de personal y las horas nalga incrementarán con el pasar del tiempo.
Muchas gracias por tu artículo, Carmina
Saludos
Estimado Norberto, ¡Muchas gracias por leer y comentar! Un cordial saludo.
Interesante este articulo,pone de manifiesto muchas cosas y razones inherente al conceptos en cuestión también revela que si hay culpabilidad es por que hay culpables , Es todo un sistema gestor de esta mal a lo que yo llamaría corrupción.
Esto no tiene nada que ver con la legislación laboral, es solo organización en los procesos de operación de las empresas. el horario de un empleado de 48 horas semanales: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar. 2 horas de traslado, 3 horas para comidas 2 horas para bañar y evacuar. SIIIIII…..!!!! UNA HORA LIBRE DIARIA…….
Mi último trabajo dependía mucho de los clientes que tuviéramos. Estaba en una agencia de empleo y estuvimos aproximadamente 3 semanas con las vacantes cubiertas, durante esas semanas íbamos a la oficina incluso con juegos de mesa, estábamos en el celular, poníamos música y de todo…
Me sentí culpable por cobrar esa quincena. Un compañero me dijo «¿Qué tiene? Tu estás cumpliendo con venir»
Ok, es válido su punto pero no menos mediocre. Hubiera preferido estar en el gimnasio, ayudando en el negocio de mis padres o incluso con mi pareja.. mucho más productivo que jugar al Monopoli con ellos.
Completamente de acuerdo, yo me hubiese sentido igual que tu. Hay muchos trabajos que en vez de cumplir horarios se pueden medir por desempeño. ¡Gracias por leer y comentar!