Recuento de pérdidas y ganancias
Si tuviera que definir el 2022 con todo lo que me trajo, lo que me deja y lo que me enseña, sería con el hexagrama 19 del I Ching: Ling “El acercamiento”:
El Acercamiento tiene elevado éxito.
Es propicia la perseverancia.
Al llegar el octavo mes habrá desventura.
«El signo, en su conjunto, alude a un tiempo de esperanzado progreso. Se aproxima la primavera. La alegría y la transigencia van acercando entre sí a altos y bajos. El éxito es seguro. Lo único que hace falta es la realización de una labor resuelta y tesonera capaz de aprovechar plenamente los favores del tiempo. Y otra cosa más: el tiempo de primavera no dura eternamente. Llegado el octavo mes los aspectos se invierten.»
«Quedan entonces tan solo dos líneas fuertes, que empero no están avanzando, sino retirándose (cf. el hexagrama que sigue). Es necesario tener en cuenta a tiempo este viraje y meditar sobre él. Si uno de este modo se enfrenta con el mal antes de que se manifieste como fenómeno, más aún, antes de que haya comenzado a dar señales, llegará a dominarlo.»
Y así lo termino, enfrentándome a una prueba, en la que dar cada paso, físico y emocional, ha representado una prueba de persistencia y sobre todo de paciencia.
Lleno de gratitud por los amigos que la vida me ha dado, que han estado ahí en cada paso y en cada retroceso, sujetándome fuerte para no dejarme caer.
Un año de retos y oportunidades laborales, cargado de satisfacciones profesionales.
Un año que me deja más sonrisas que lágrimas, aunque las lágrimas hayan sido muchas, las sonrisas se han multiplicado.
Un año de segundas oportunidades para abrirme a la fe y agradecer a Dios por la vida.
Un año que pese a la distancia y a las pruebas, trae a mi hijo de regreso.
Y finalmente, agradezco al estoico navegante narrador de historias que me introdujo a Belmonte, teniéndome así una soga para salir de mi naufragio en una noche oscura.
