¿Criminales o víctimas?
Basta ya de victimizar a los criminales. Por una vez en su vida me gustaría que los que se las llevan de paladines de la justicia social, dejaran la demagogia y honraran la memoria de un niño que a sus escasos 12 años, supo discernir el bien del mal.
¿Hasta cuándo vamos a continuar victimizando a los criminales? Luego del atentado en la zona 7 capitalina de un bus de la ruta 32 en el que una mujer de 19 años detonó un artefacto de fabricación casera, se clasificó el acto como una acción terrorista. A lo que muchos “expertos y opinionistas” salieron a condenar, aduciendo que la mujer no cometió un acto terrorista, sino que es más bien una víctima de la sociedad. Comencemos entonces por definir lo que es el terrorismo, según el diccionario de la RAE «terrorismo es: 1. Dominación por el terror. 2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. m Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.».
Como pueden ver, el atentado del pasado lunes 21 clasifica dentro de la definición de terrorismo, de eso no hay duda y quien lo niegue sólo busca manipular la verdad. Esta mujer es una terrorista que cometió una acción terrorista. Continuemos, ni bien había sucedido el lamentable hecho, cuando los paladines de la justicia social saltaron a defender a la criminal, aduciendo que ella es el producto de la pobreza y el abandono en el que se le tiene a nuestra juventud, producto de la desigualdad, la falta de oportunidades y la migración. Si bien es cierto y no podemos negar que la gran mayoría de nuestros jóvenes son pobres y este país no les brinda oportunidades para superarse, es una mentira y un acto demagógico despreciable aseverar semejante disparate. Como indicaba un usuario de Twitter, según datos de CEPAL, el 70.5 % de los guatemaltecos son pobres. Les pregunto, ¿son el 70.5 % de los guatemaltecos, criminales, mareros, asesinos? La respuesta es ¡No! Los criminales representan una pequeña facción de la sociedad y estos comentarios son un insulto a los millones de guatemaltecos honestos y honrados que se ganan la vida de forma decente, y que además son las principales víctimas de estos criminales. La pobreza no es sinónimo de criminalidad y me quedo sin palabras decorosas para no caer en la vulgaridad y decirle a estos cretinos populistas lo que opino de su falta de ética al manipular un hecho delictivo y convertir en víctima a una asesina sin escrúpulos. La mujer tiene 19 años, edad suficiente para discernir entre el bien y el mal.
Ahora quisiera tomar el resto del espacio que tengo en este diario para honrar la memoria del niño Ángel Ariel Escalante Pérez, de 12 años, quien fue lanzado por supuestos mareros del puente Belice, por no acatar la orden de asesinar a un piloto en junio del 2015. ¿Se les olvidó acaso la historia de este valiente guatemalteco, que a sus escasos 12 años prefirió morir antes de asesinar a un piloto? ¿Qué clase de mensaje estamos enviándole a nuestra juventud al victimizar a un asesino y manchar la memoria de un verdadero héroe que, en vez de ser olvidado, debería de ser el estandarte de la lucha contra las maras? No, no hay derecho y quisiera que todos recordasen este nombre, Ángel Ariel Escalante Pérez, este niño héroe que, a su escasa edad, no solo supo discernir el bien del mal, sino que fue capaz de sacrificar su vida por la de un piloto de bus que probablemente no conocía.
¡Basta ya de victimizar a los criminales solo para dar discursos demagógicos! Claro que tenemos que crear oportunidades para reducir la pobreza y brindar oportunidades de desarrollo a todos los guatemaltecos, pero eso no lo vamos a lograr victimizando a los criminales. Tengan un poco de vergüenza, los guatemaltecos honestos, que somos la mayoría nos merecemos un poco de respeto.
Este artículo de fue publicado originalmente en el diario El Siglo, el 25 de enero de 2019. Puede ver el original acá.