Ven y dime cómo vives de Agatha Christie Mallowan
Luego de su divorcio con Archibald Christie, Agatha conoce en 1930 en una excavación en el sitio arqueológico de Ur, a Max Mallowan, un jóven arqueólogo. Contraen matrimonio ese mismo año, convirtiéndose él en su segundo esposo. Christie continuará casada con Max hasta su muerte, en 1976.
Ella ya era una reconocida escritora al momento de su matrimonio con Mallowan, y decide acompañarlo en varias expediciones arqueológicas a Irak y Siria. Las mismas se ven interrumpidas por la Segunda Guerra Mundial, donde ambos sirven a su país. Ella en la farmacia de un hospital en Londres y él como piloto en África del Norte.
Este libro nos narra las memorias de esas expediciones a Siria. Christie decide terminar el libro en 1944. El libro se publica por primera vez en noviembre de 1946. Ella sólo publicó dos libros bajo el nombre «Agatha Christie Mallowan», siendo este uno de ellos.
La genialidad del libro radica en presentarnos cosas ordinarias de una manera extraordinaria, y ahí podemos apreciar la narrativa de esta gran escritora. Cosas tan mundanas como lo es empacar para un viaje de esa magnitud ¡Los libros! Representan para Christie una parte muy importante de lo que se debe empacar para una expedición arqueológica. La compra de un sombrero o las despedidas familiares. Ella nunca pierde el sentido del humor durante la narrativa, que también está plagada de observaciones honestas sobre lo que ve, y vive.
Vivimos junto a ella el viaje en el Expreso de Oriente, el camino a Alepo, y nos deja saber que, para su esposo, Palmira no representa mayor interés, fue una ciudad romana, por ende «moderna». Ven y dime cómo vives, el título del libro, responde a la interrogante que se hacen los arqueólogos cuando descubren vestigios de lo que fuese una civilización.
Su honestidad y falta de corrección política la encontramos a lo largo del libro, sin embargo, en este extracto lo ejemplifica a la perfección. Max, su esposo, sale en busca de un chofer que debían contratar, al regresar ella le pregunta si contrató a un buen chofer y este le responde:
“at any rate he seems stupid, and that is always satisfactory. I ask why, and Max says because he won’t have the brains to be dishonest.”
Hoy día, pocos se atreverían a decir públicamente que contrataron a alguien porque se veía estúpido y eso es positivo, ya que difícilmente tendrá suficiente cerebro para ser deshonesto.
Otra cosa que llamó mucho mi atención fue lo dificultoso que fue para ellos conseguir trabajadores para las excavaciones. Los sirios, se sentían complacidos por haber tenido una buena cosecha y no entendían por qué debían trabajar por un salario. Los franceses ofrecieron ayudar y arrestaban al número de trabajadores que necesitaran, pero estos siempre escapaban luego de unos días. Así que Mallowan y su equipo tuvieron que ingeniárselas para convencerlos de trabajar para ellos. Esto lo lograron hablando con las mujeres, a quienes les hicieron ver que, si sus maridos tenían un poco más de dinero disponible, estas disfrutarán de cosas bonitas, como sedas para sus trajes. Christie demuestra una especial admiración por las mujeres kurdas.
“Working for wages in this out-of-the-way part of the world is an idea that is entirely new. The expedition found itself faced with blank refusal or non-comprehension”
Cuando Christie termina el libro en 1944, escribe un epílogo muy emotivo, y hace un reconocimiento a las maravillosas personas que conocieron durante sus expediciones, y escribe:
«For I love that gentle fertile country and its simple people, who know how to laugh and how to enjoy life; who are idle and gay, and who have dignity, good manners, and a great sense of humour, and to whom death is not terrible.»
Recomiendo este libro con los ojos cerrados, es un libro excepcional.
Género: autobiografía, memorias, viajes
Edición Kindle y pasta blanda 205 páginas
Originalmente publicado en el «Boletín literario» del mes de junio. Puedes leer el boletín aquí, y suscribirte en este enlace.