La fuerza de la naturaleza
El fin de semana del 18 de junio se vio marcado por la mayor tragedia provocada por un incendio forestal en Portugal. Se registraron al menos 63 víctimas mortales y más de 135 heridos. Las causas del incendio fueron naturales, una tormenta eléctrica seca (sin lluvia) y las altas temperaturas registradas en la zona en los últimos días, provocaron el incendio. Según los reportes, la mayoría de las personas murieron cuando intentaban huir de las llamas en sus vehículos.
La escena me perturbó mucho, ver los vehículos quemados en la carretera donde sus tripulantes perecieron por las llamas, y fue precisamente esa misma imagen la que trajo a mi memoria otra imagen que me acompañó desde niña, y que debido a estos incendios pude finalmente esclarecer.
No recuerdo con exactitud qué edad tendría, quizá unos 10 años, es difícil de saber. Vi junto a mi padre, una película sobre la vida de un sobreviviente del Holocausto. La historia de esta persona fue excepcional como lo es la gran mayoría de historias sobre los sobrevivientes del Holocausto. Sin embargo, esta terminaba con una tragedia aún mayor, el protagonista perdía a su mujer y sus cuatro hijos en un incendio forestal. Recuerdo la sensación de impotencia y rabia, ¡no es posible que sobrevivas al Holocausto, y luego pierdas a tu familia por culpa de un incendio forestal!
Viví con esa última imagen de la película hasta esta semana, cuando la tragedia de Portugal despertó el recuerdo en mi memoria y decidí recurrir al Internet para averiguar si en realidad había visto esa película, si había sido basada en una historia real, o si era producto de mi imaginación.
La película fue una miniserie de los años ochenta, dirigida por Robert Enrico y protagonizada por el actor Michael York, que narra la vida del escritor Martin Gray. Un judío polaco, superviviente del gueto de Varsovia que logró escapar de Treblinka, servir en el ejército soviético y rehacer su vida como comerciante, para luego casarse con una holandesa. Finalmente, un incendio forestal en la Costa Azul de Francia, en el año 1970, cobró la vida de su esposa y sus cuatro hijos. La tragedia fue lo que lo llevó a escribir en 1971 su autobiografía, junto al escritor francés Max Gallo, «En nombre de todos los míos». El libro vendió más de 30 millones de copias y fue traducido a 26 idiomas. A lo largo de su vida escribió doce libros, volvió a casarse y tuvo 5 hijos, falleció en el año 2016 en Bélgica.
Lo más impresionante de esta historia es que las 63 víctimas de Portugal, fallecieron de la misma forma que la familia de Gray en el año 1970. En 47 años, y aún con todos los avances tecnológicos que se han dado desde entonces, seguimos siendo incapaces de predecir el curso de la naturaleza. La esposa de Gray huyó del incendio en su automóvil junto a sus hijos para perecer en las llamas, así como sucedió con las víctimas en Pedrogao Grande, a 190 kilómetros en el norte de Lisboa. Es bueno recapacitar que, ante la fuerza de la naturaleza, somos impotentes.
Este artículo de opinión fue publicado originalmente en el diario Siglo.21, el 23 de junio de 2017. Puede ver el original acá.