¿Cómo y quién?

Hay una célebre frase de Simón Rodríguez que dice, «Enseñen los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el porqué de lo que se les mande hacer; se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos». Yo crecí en una generación en la que se nos enseñó que cuestionar era malo. Hoy tengo claro que respetar y cuestionar son dos cosas muy distintas. El respeto es importante, pero una sociedad que no cuestiona, está destinada al fracaso.

¿Cómo y quién?, son preguntas que hacemos con frecuencia, me cuesta trabajo comprender por qué no es lo primero que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de Guatemala. No sé ustedes, pero yo estoy cansada de escuchar a los bienintencionados hacer castillos en el aire, expresar pensamientos orientados al deseo, no a la realidad. Ya no quiero más ambigüedad, quiero respuestas y soluciones. Estoy harta de la desinformación y el enfrentamiento. Sólo díganme, ¿cómo vamos a solucionar esta crisis y quién tiene el liderazgo? ¿Cuántas de las personas que se manifestaron el miércoles lo tienen claro?

Hace unos días pregunté, ¿de renunciar los 107 diputados, quien los reemplazaría? La respuesta me la dieron una periodista y un abogado, «los siguientes en los listados». Eso me dejó más tranquila. Lo que aún no me responde nadie es, ¿cómo vamos a sacar a los 107? Si ellos no renuncian de forma voluntaria, dicen que vienen los procesos por los casos Odebrecht y Transurbano. Pero esto no afecta a los 107, por ahí estiman que son alrededor de 50. Ahora bien, ¿cuánto tiempo le va a llevar al MP y a la CICIG hacer esto? Lo pregunto porque Otto Pérez y Roxana Baldetti siguen sin ser condenados y Sinibaldi y Archila continúan prófugos. Creo que mis preguntas son justificadas.

Una activista me respondió que se iba a instalar, en vez del congreso, «una asamblea rural y popular». Cuando pregunté, ¿quién la instala?, ¿cómo se conforma y bajo qué criterio?, me respondió que no sabía. Igualmente, ilusoria es la propuesta de la politóloga que propone despedir aproximadamente al 80% de los empleados públicos, más no dice que va a hacer de un día para otro con cientos de miles de desempleados, cómo va a evitar que colapse la economía, ni propone cómo va a reinsertarlos a la fuerza laboral. Es muy fácil tener sueños de opio, pero ejecutar e implementar es mucho más complejo.

Luego están los que proponen sacar al presidente y vicepresidente. He preguntado en repetidas ocasiones, ¿quién va a sustituirlos?, y sigo esperando una respuesta. Me dicen que hay líderes y buenos candidatos. Pero no me dicen nombres. Yo no tengo cinco años para creer en Santa Claus y en cuentos de hadas. ¿Me pueden responder quién los sustituye, quienes son esos posibles reemplazos, sus nombres? ¡Por supuesto que no me lo van a decir! Les da miedo decirlo en voz alta, y me temo que el remedio vaya a resultar peor que la enfermedad.

Creo que la mayoría estamos de acuerdo en que las reformas a la Ley Electoral son prioritarias, pero, ¿cómo lograremos consenso y quiénes dejarán sus intereses particulares para lograr esos consensos?

Mientras tanto, seguiré preguntando, ¿cómo y quién?, y si desean tomar un consejo no solicitado, ustedes también deberían hacerlo.

Imagen cortesía de Ryan McGuire.

Este artículo de fue publicado originalmente en el diario Siglo.21, el 22 de septiembre de 2017. Puede ver el original acá.

Escritora independiente, columnista, bibliófila y entrevistadora del programa A las 8:45 por Canal Antigua.