Prejuicios y percepción

Imagina la siguiente escena: en el gimnasio de un colegio un grupo de adolescentes se encuentran tomadas de la mano y en actitud de oración. Las niñas son todas blancas y a su lado, en la misma fila se encuentra una jovencita indígena en una actitud similar, pero a ella nadie la está tomando de la mano. ¿Qué pensarías de esa imagen? ¿Cómo te haría sentir? Estoy convencida de que un buen número de personas se molestaría y acusaría a las niñas blancas de ser racistas, ¡¿cómo es posible que no tomen la mano de la niña por ser indígena?! A fin de cuentas, estamos viendo la imagen, ¿no? En la imagen se ve claramente que la niña está aislada y nadie la está tomando de la mano. ¡Terrible! ¡Guatemala es un país de racistas!

¿Qué pensarías sí te digo que esto sucedió no en Guatemala, sino en los Estados Unidos? La fotografía de un grupo de jovencitas blancas tomadas de la mano, al lado a una de raza negra que no estaba siendo tomada de la mano desató una ola de ataques en contra de la escuela y de la comunidad. En una escuela en la que hace tan solo un par de semanas, un estudiante de 17 años disparó contra alumnos y profesores, asesinando a 10 y dejando heridos a otros 13.

Luego de que la NBA publicara la fotografía los usuarios de las redes preguntaron indignados por qué nadie tomaba la mano de la niña de color y comenzaron los ataques. No se tomaron la molestia de preguntar ¿por qué?, hasta que la madre de la niña aclaró que en primera instancia la foto había sido cortada y que al lado de su hija se encontraban otras niñas que no estaban tomándose de las manos y que había sido su hija quien había decidido no tomarse de las manos, ya que se encontraba muy afectada por todo lo sucedido. Como es parte del coro y aún tenían que cantar el himno, sentía que si lo hacía comenzaría a llorar y no quería hacerlo antes de cantar, ella decidió no hacerlo. Una explicación lógica, que de no ser por la que la madre de la niña es blanca y desató otra serie de cuestionamientos y ataques injustificados, hubiese sido perfectamente válida. Hubo quienes cuestionaron si la madre al ser «blanca y privilegiada»sería la persona adecuada para explicar el racismo a su hija. ¡Es su hija adoptiva! Una actitud racista seguramente le afectaría tanto a ella como a la niña. ¿Es requisito para ser un buen padre ser de la misma raza que el hijo? ¡No, y afirmar lo contrario es racismo puro y duro! ¿No pudo acaso ser la niña negra la racista y no querer tomar la mano de sus compañeras? Digo, puede suceder, ¿por qué no? ¿Acaso solo los blancos pueden ser racistas?

Puse al inicio el ejemplo de Guatemala para sensibilizarnos y ponernos en contexto, porque acá cada día se ven más este tipo de ataques por situaciones similares. Sin ir muy lejos, el otro día en redes un usuario comentó que vosear a un indígena mayor era racismo. ¿Qué pasa si un joven indígena vosea a una señora mayor no indígena? ¿será también racismo o ahí no aplica por que la persona es no indígena? ¿Existe acaso algún mandamiento en contra del racismo que verse, «no vosearás a una persona mayor»? ¿No será acaso una simple regla de educación? ¿Por qué tiene que ser considerado como racismo?

Estas situaciones muchas veces no reflejan otra cosa más que nuestros propios prejuicios y una mala percepción de una situación. Si yo creo que todas las personas pelirrojas son mentirosas, evidentemente cuando vea algo que lo sugiera pensaré que me está dando la razón y que reafirma mis creencias. Pero la gran mayoría de veces las cosas son mucho más complejas que eso y hay una historia detrás, como lo fue en el caso de la fotografía de las jovencitas de la escuela en Texas.

Es triste ver como en algunos casos personas que están luchando por la igualdad y la justicia hacen más mal que bien.

No podemos ver racismo y discriminación en todas partes, no podemos ver ataques en todas partes. Detengámonos por un momento a analizar las cosas, no le creamos solo a las imágenes que nos presentan y a las cosas que nos dicen los demás, ya que como en este caso, pueden estar a medias dejando por un lado la otra mitad de la historia, una parte importante que nos puede ayudar a discernir la verdad y a ver las cosas con otros ojos. Con esto no quiero decir que el racismo y la discriminación no existan, por supuesto que sí, pero no podemos pensar que todo tiene una motivación racista y quizás no sea más que un reflejo de nuestros propios prejuicios y de una percepción errónea. Y los prejuicios son tan nocivos para una sociedad como lo son el racismo y la discriminación.

Este artículo de fue publicado originalmente en el diario El Siglo, el 1 de junio de 2018. Puede ver el original acá.

Escritora independiente, columnista, bibliófila y entrevistadora del programa A las 8:45 por Canal Antigua.