El aprendizaje

Hace unos días encontré a una conocida, ella iba con sus hijas y habían ido al cine a ver «Guardianes de la Galaxia 2». Le pregunté, —¿qué tal está la película? En realidad, yo no tenía el menor interés, pero es el tipo de cosas que uno pregunta por cortesía o hipocresía, no sé.  Ella me indicó que le gustó y sus hijas asintieron afirmativamente.  Para mi sorpresa, se dirigió a sus hijas y les preguntó, —A ver niñas, ¿cuál fue el aprendizaje que sacaron de la película? Una de las hijas es adolescente y la otra quizá tenga unos diez u once años. La hija mayor giro los ojos hacia arriba y no dijo nada, la pequeña en cambio, muy vivaz respondió, —A veces buscamos cosas en otros lugares que en realidad siempre hemos tenido a nuestro lado.  Me pareció un excelente comentario, y aunque yo no he visto la película, la madre y la hermana mayor asintieron. Ahí terminó el encuentro y cada cual siguió su camino.

Aunque pareciera un encuentro casual, me dejó con un mal sabor de boca. ¿Por qué tiene que haber un proceso de aprendizaje consciente al ver una película de Marvel? Sobre todo, si esa película es «Guardianes de la Galaxia 2» ¿Por qué esa madre tiene que pensar que todo tiene un aprendizaje consciente? ¿No podemos disfrutar de una película por simple entretenimiento?

Me explico, desde que nacemos estamos aprendiendo y no terminamos de aprender hasta el último día de nuestra existencia. Pero una cosa es la instrucción formal, la consciente y otra muy distinta la vivencial. La que nos da la experiencia, la vida, los errores.

No me parece correcto atormentar a los niños con este tipo de preguntas, una cosa es preguntarles si les gustó la película y ¿por qué? o cuál fue su parte favorita, etc. Y otra muy distinta es robarles el placer del entretenimiento para que nos digan que aprendieron. Las personas más exitosas son aquellas que nunca terminan de aprender, las que aman el conocimiento, pero pocas de ellas, pensarán que una película de ese tipo les dejará un aprendizaje formal. La función de ese tipo de películas es entretener, no educar. No me quiero imaginar, las preguntas que les hará a sus hijas cuando leen un libro, ¡con razón de adultos no quieren leer ni la etiqueta de la pasta dental!

Yo me autodenomino una bibliófila, algunos me dirán ratón de biblioteca, pero les soy honesta, hay libros que no me dejan absolutamente nada, los leo por entretenimiento, porque disfruto su lectura, mas no con el ánimo de aprender. Evidentemente, siempre aprendemos algo de un libro, por ejemplo, el uso correcto del lenguaje, si está bien escrito y editado. O la experiencia de no volver a leer a ese escritor o ese género. El valor a largo plazo es muy alto, pero si yo viera la lectura como aprendizaje, seguramente no leería nada.

El ser humano, y en especial los niños necesitan distraerse, aprender mediante el juego y la diversión, e inclusive el aburrimiento. No los torturemos de esa forma para pretender ser padres modelo.

Este artículo de opinión fue publicado originalmente en el diario Siglo.21, el 19 de mayo de 2017. Puede ver el original acá

Escritora independiente, columnista, bibliófila y entrevistadora del programa A las 8:45 por Canal Antigua.